Esta semana se dio a conocer que el número de residentes menores de 65 años en la provincia de New Brunswick, en Canadá, se redujo a un estimado de 610,214 el 1 de julio. Este es el número más pequeño de personas por debajo de la edad de jubilación que viven en este lugar en 46 años.
Al mismo tiempo, el número de personas mayores de 65 años alcanzó un récord de 171,262.
El economista Richard Saillant considera que el envejecimiento de la población de New Brunswick es el más serio de los desafíos que enfrenta actualmente esta provincia.
Si bien la población de New Brunswick ha aumentado en 33,355 desde 1992, este incremento se deriva más de personas mayores que impulsan el crecimiento, mientras que los grupos de edad más jóvenes han caído drásticamente.
De este aumento en las últimas décadas, 80,687 son personas mayores de 65 años, mientras que se ha registrado una pérdida de 47,332 personas menores a esta edad.
Además, Stacey Hallman, analista del centro de demografía de Statistics Canada, indicó que New Brunswick tiene la segunda población con la edad más antigua del país.
Saillant recalcó que los “baby boomers” más antiguos ahora tienen 74 años y que necesitarán una mayor atención durante la próxima década.
También, el año pasado el ministro de Educación, Capacitación y Trabajo de Post-Secundaria Trevor Holder reconoció este problema y escribió en un informe en el cual pedía aumentos en la inmigración, ya que en los próximos 10 años, alrededor de 120,000 puestos de trabajo estarán disponibles, lo que resultará en que lamentablemente haya más empleos que personas que pueden ocuparlos.
Antes de la pandemia del COVID-19, New Brunswick esperaba aumentar los niveles de inmigración a 7,500 recién llegados por año, lo cual parece imposible en el corto plazo con la situación actual.
Foto: Greenseas/Shutterstock.com