El debate se intensifica para el nuevo primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, luego de los atentados de París y Beirut. En un frente, las discusiones se centran en si el país debe o no continuar en los ataques aéreos contra el Estado Islámico. En el otro, las opiniones siguen dividiéndose -aun más- sobre si Canadá debe o no recibir 25.000 refugiados sirios antes de que finalice el 2015.
El nuevo primer ministro canadiense se estrena en el cargo en medio de esta tragedia, recibiendo críticas y apoyo de parte y parte, sobre todo si se considera que entre los primeros anuncios realizados al ser elegido como el nuevo mandatario canadiense se dio tras su conversación con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en la que le advirtió que Canadá dejaría de formar parte de los ataques aéreos contra el Estado Islámico, para tomar más bien un rol de capacitación y entrenamiento de las fuerzas locales, de tal manera de que sean éstas las que combatan al grupo terrorista y no directamente las fuerzas canadienses.
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Tras los ataques en París y Beirut, que dejaron 170 muertos (129 y 41 fallecidos), más cientos de heridos, el presidente francés François Hollande calificó estas acciones como actos de guerra,mientras los aliados más importantes de Canadá, Estados Unidos e Inglaterra, advirtieron que seguirán combatiendo al EI, hombro a hombro, junto con Francia.
Trudeau respondió a sus aliados aseverando que Canadá “continuará trabajando de cerca con la comunidad internacional para prevenir estos actos terribles y sin sentido”, a pocas horas de ocurridos los atentados, pero, por ahora, no se tiene claro si efectivamente retirará a la fuerza aérea de los ataques contra el EI.
Mientras tanto, varios políticos canadienses se han pronunciado al respecto después de los ataques,pidiendo a Trudeau que mantenga los ataques aéreos contra el Estado Islámico. Una de las primeras fue Rona Ambrose, líder interina de la oposición oficial (Partido Conservador), quien aseveró que el retirarse “no demostraría nuestro apoyo a nuestros aliados en un momento en el que debemos permanecer juntos”.
El primer ministro de Quebec, Philippe Couillard, dijo por su parte que la actuación de Canadá dependerá de lo que pida la comunidad internacional, advirtiendo que -personalmente- sigueapoyando una acción militar en contra del grupo terrorista.
Brad Wall, primer ministro de Saskatchewan (conservador), fue enfático al indicar que el Estado Islámico “debe ser derrotado. No hay otra opción”, demostrando así su apoyo a que el país siga formando parte de los ataques aéreos.
Sobre los refugiados sirios
Al debate de continuar o no los ataques aéreos contra el EI, se suma ahora el de los refugiados sirios,que si bien antes de los atentados de este viernes ya estaba sobre la mesa, ha escalado considerablemente en las últimas horas.
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De hecho, en Quebec está circulando una petición para que el gobierno canadiense detenga el plan de traer 25.000 refugiados sirios antes de que finalece el año. La petición fue publicada enPetition24 por Raynald Cloutier, un ciudadano quebequense, quien dijo a Le Soleil que “Canadá debería retroceder antes de recibir esa gran cantidad de migrantes”.
Cloutier argumentó que teme que entre los refugiados sirios “se filtren yihadistas”.
La solicitud fue publicada este sábado en la mañana y en poco más de 24 horas ya cuenta con más de 24.000 firmas.
Pero muchos han respondido a la petición, llamando a la calma y pidiendo a los quebequenses y canadienses en general no caer en la xenofobia.
Mientras tanto los canadienses siguen de cerca lo ocurrido en estas últimas 48 horas y los pronunciamientos que esté por hacer Trudeau, quien se encuentra en la Cumbre del G20, en Turquía, bajo una fuerte presión de cambiar sus planes iniciales de devolver a Canadá el carácter pacificador y conciliador que prometió el nuevo primer ministro en su campaña.